Un Concepto Fundamental en la Atención Orientada a la Recuperación en Salud Mental
Septiembre es el Mes Nacional de la Recuperación y mi primer artículo trata sobre la necesidad fundamental de inspirar esperanza cuando hablamos de los conceptos de recuperación en la salud mental. Es importante remarcar esto ya que el proceso de recuperación se basa en la creencia de que se puede lograr progresos y mejoras sustanciales.
Resulta especialmente importante destacar esto en los tiempos en que vivimos: un mundo post-pandémico con tasas crecientes de ansiedad, depresión y suicidio entre nuestros jóvenes, altas tasas de muertes por sobredosis, desigualdades en la atención médica que reciben minorías raciales y étnicas, preocupaciones constantes por el COVID y una profunda polarización en nuestra nación sobre tantos otros temas.
Como profesionales de la salud, destacar el valor de la esperanza es crucial, ya que desempeñamos un papel fundamental en el camino que muchas personas tienen que atravesar hacia la recuperación. Les proporcionamos no solo intervenciones basadas en la evidencia, sino que brindamos apoyo continuo y empatía.
Al comienzo de mi formación psiquiátrica, que fue a principios de los años 90—el énfasis estaba puesto sobre la psiquiatría biológica y las nuevas medicaciones apenas se mencionaban los conceptos de recuperación. Por ejemplo, no recuerdo haber leído la investigación de la doctora Courtney Harding en Vermont, sobre la importancia de los conceptos de la recuperación, que demostraba mejoras importantes en personas con enfermedades mentales graves y persistentes. En aquella época, el concepto predominante, no era demasiado optimista. No se esperaba que una persona que padecía de enfermedades mentales graves o trastornos por el uso de sustancias pudiera recuperarse.
Cuando empecé a trabajar en el sector público, me di cuenta de que el modelo médico tradicional no estaba teniendo los resultados que esperaba ni funcionaba para las personas afectadas en esas comunidades. Me di cuenta que se necesitaba un enfoque más integral y más centrado en las necesidades particulares de cada persona. Termine adoptando los principios básicos que han llegado a definir la recuperación en salud mental y creo firmemente que mantener y fomentar la esperanza es una parte clave del camino que todos tenemos que implementar como parte de nuestro crecimiento y desarrollo.
Ahora es fundamental definir el concepto de la recuperación en la atención de la salud mental. Para personas que están enfrentando diversos problemas de salud mental, la recuperación es un proceso integral que los llevará a tener progresos constantes y bienestar.
La recuperación no es un concepto estático, sino que forma parte de un proceso dinámico. Me gusta resaltar la definición práctica de recuperación de SAMHSA. La recuperación es un proceso por el cual las personas logran mejorar su salud y bienestar, logran vivir vidas autodirigidas y se esfuerzan por desarrollar todo su potencial. El mensaje clave en esta definición es que la esperanza y la recuperación brindan sentido a la vida y que son metas alcanzables. No solo es importante tratar los síntomas, sino que hay que ayudar en la reconstrucción de la autoestima, la identidad y los roles sociales significativos. La recuperación es un proceso muy personal y cada persona vive su proceso de recuperación de manera diferente y única.
Entre los 10 principios clave de la recuperación que propone SAMHSA, me gustaría ahondar en el concepto de la esperanza -reafirmando su centralidad- como uno de los aspectos más críticos de la recuperación.
- La esperanza impulsa a las personas a seguir adelante incluso ante la adversidad.
- La esperanza actúa como un escudo psicológico contra la desesperación y la impotencia. Te da fortaleza ante los contratiempos.
- La esperanza proporciona dirección y propósito, impulsando a las personas a establecer y perseguir objetivos importantes en sus vidas.
- La esperanza fomenta una perspectiva positiva, animando a las personas a centrarse en sus capacidades.
- La esperanza impulsa estrategias adaptativas, como la búsqueda de apoyo y la resolución de problemas.
- La esperanza aumenta la autoeficacia, capacitando a las personas para tomar el control de su recuperación.
- La esperanza aumenta el apoyo social y emocional, lo que mejora la comunicación.
- La esperanza reduce el estrés y la ansiedad, lo que facilita la fortaleza necesaria para enfrentar desafíos.
- La esperanza es contagiosa, inspira a otros y crea un efecto dominó en familias y en la comunidad.
En mis más de 30 años de práctica y servicio de atención, creo que la esperanza es una de las fuerzas motrices del proceso de recuperación: alimenta la motivación, la fortaleza, el pensamiento positivo, el afrontamiento adaptativo y capacita a las personas para tomar las riendas de sus vidas y trabajar por un futuro mejor. Estas son algunas recomendaciones de cómo podemos ser campeones de la esperanza, el empoderamiento y la recuperación al cumplir nuestras funciones como proveedores de salud.
1. Educación y formación: Debemos invertir en educación y formación continua para profundizar nuestra comprensión de los enfoques y la atención orientada a la recuperación.
2. Promover la recuperación: Más allá de nuestras propias prácticas, debemos abogar ante las organizaciones de salud, los políticos y otras organizaciones interesadas para que incorporen estos enfoques orientados a la recuperación a nivel institucional y político.
3. Atención centrada en la persona: En nuestras interacciones diarias, apliquemos activamente los principios de la atención orientada a la recuperación; escuchando e incorporando a las personas en todos los aspectos de estos modelos de atención.
4. Reducir el estigma: Es importante combatir los tabúes que se asocian a los problemas de salud mental.
5. Apoyar la investigación: Apoyar y participar en investigaciones que validen y perfeccionen aún más los enfoques orientados a la recuperación; una base sólida de pruebas o prácticas hace que la adopción y aplicación de estos principios sea más rigurosa.
6. Tutoría y colaboración: Servir de mentor y colaborar con otros profesionales de la salud, especialmente con aquellos que puedan no conocer en profundidad estos principios. Comparta tus conocimientos y experiencias, creando cambios positivos dentro de las comunidades de atención de salud.
Como profesionales de salud, inspirar esperanza es clave; podemos desempeñar un papel fundamental en la recuperación y el crecimiento personal de todas aquellas personas que necesitan esta ayuda. Al implementar activamente estos principios y abogar por su adopción generalizada, podemos contribuir a un sistema de salud que no solo busca tratar síntomas, sino que también empodera a las personas a encontrar su camino hacia un futuro más esperanzador.
Les animo encarecidamente a que estudien más a fondo estos principios y recomendaciones y consideren la posibilidad de aplicarlos en sus vidas, lugares de trabajo o prácticas profesionales para que todos podamos impulsar un cambio positivo. Si nos comprometemos todos a difundir estos principios y brindar esperanza podremos fomentar un sistema de salud más compasivo y eficaz para todos.
Traducción: Vanessa Petit (vanessapetit.com)
#esperanza #inspirandoesperanza #saludmentalimporta #SAMHSA #Mental Health America #NAMI #NIMH #National Council for Mental Wellbeing
Comments